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Relaciones tóxicas y violencia

  • Foto del escritor: Marta Diéguez
    Marta Diéguez
  • 11 jun 2018
  • 3 Min. de lectura


En los últimos tiempos los casos de violencia intra familiar hacia las mujeres parecen ir en aumento. Y todos los profesionales señalan que este tipo de situaciones no se da de un día para otro sino que va “construyéndose”. ¿Cómo sucede esto? Generalmente comienzan con agravios verbales, descalificación, control excesivo sobre la pareja, celos y críticas constantes. La violencia física es el último peldaño de esta nociva escalera.


Una de las razones por las cuales las personas, en algunos casos, no se dan cuenta que una relación que recién empieza va en una dirección patológica es porque en los primeros tiempos de un nuevo vínculo ambos participantes se encuentran en una etapa de enamoramiento. Las características de esta etapa tienen que ver con la idealización del otro, lo que nos ubica en una posición de ceguera temporal en la que no se pueden ver las fallas o rasgos negativos de la personalidad de nuestros nuevos compañeros. En otras palabras, en esta etapa se magnifican las cualidades positivas y se tiene una falta casi total de juicio hacia la persona amada.


En estos casos, una vez pasada la etapa inicial, lo esperable sería que la mujer sufriente (cierto es que en esta problemática ambos sexos pueden ocupar este rol, pero se da más frecuentemente en las mujeres) pudiera poner fin a esta situación dañina. Sin embargo hay quienes tienen dificultad para salir de este tipo de relaciones tóxicas aunque vivan una gran infelicidad y justifican la agresión con argumentos tales como "me quiere y va a cambiar", o "aguanto para que no me deje".


Esta imposibilidad para alejarse de alguien que hace mal, se da por diferentes motivos. Uno de ellos (y tal vez el más frecuente) es una baja autoestima, la que sin ninguna duda se origina en la infancia. La valoración de nosotros mismos empieza en la niñez y tiene que ver con la unión establecida con nuestros padres o cuidadores y la confianza y seguridad que pudimos desarrollar en tiempos remotos a partir de ese vínculo fundamental.


Las relaciones tóxicas esmerilan la autoestima y destruyen la capacidad de vivir con entusiasmo.

Otra situación a tener en cuenta se da en el caso de muchas mujeres que logran salir de este tipo de relaciones patológicas vuelven a elegir nuevas parejas también violentas. Esta compulsión a la repetición genera un círculo vicioso invariable que las somete al padecimiento. Se trata de un patrón repetido de elección de vínculos tóxicos, aparentemente causales, que son solo la punta del iceberg y en realidad esconden un trasfondo invisible que subyace a lo consciente. Por eso, el proceso terapeútico deberá indagar en lo profundo de la psiquis para encontrar la razón de este comportamiento destructivo.


Pero, más allá de la conveniencia de iniciar una terapia psicológica, hay algunos tips para tener en cuenta:

  • Recordá que al principio de una relación no sos eficiente para valorar los comportamientos del otro. Por eso, tenés que estar atenta a cualquier tipo de violencia, ya que identificar a tiempo estos comportamientos hace más fácil el “salirse” de la relación.

  • Escapá de las relaciones tóxicas, cuando el amor es arrasado por la violencia, la felicidad queda en el olvido.

  • Si sufrís violencia repetida y te quedás esperando que tu pareja modifique su forma de ser, acordate que los seres humanos tendemos a ser rígidos en nuestros comportamientos y que en general no cambiamos. No esperes lo que no sucederá. Es interesante lo que decía Albert Einstein: "Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”.

  • Si ya estuviste en una relación tóxica y volvés a reincidir en este tipo de vínculo, evaluá la necesidad de buscar ayuda terapéutica lo antes posible.

Asesoramiento: Licenciado Santiago Bonomi (Matrícula Prov. de Buenos Aires: 98039)

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