Consejos para dormir bien cuando hace frío
- Marta Diéguez
- 16 jul 2018
- 2 Min. de lectura

Durante el invierno la fisiología del sueño cambia, debido a la menor cantidad de horas de luz solar, la disminución de la temperatura y el reloj biológico humano. Además, en esta época aumenta la probabilidad de contraer enfermedades respiratorias, depresión y empeoramiento de trastornos del sueño.
Un estudio llevado a cabo por la firma Royal Philips (que se especializa en tecnología para trastornos respiratorios y del sueño), se estima que en Argentina el 64 por ciento de las personas padecen condiciones como insomnio, ronquidos, apnea, síndrome de piernas inquietas o narcolepsia, que impactan negativamente en el sueño. Y se sabe que no dormir bien o lo suficiente, además de llevar a graves trastornos de sueño presenta un riesgo importante para la saluda pública, por eso es fundamental crear mayor conciencia sobre la importancia del buen dormir.
En ese sentido, aquí les dejamos una serie de consejos y tips para atravesar esta temporada asegurando un sueño de calidad.
Reducir el tiempo de la siesta durante el día. La baja temperatura y el desvelo pueden invitar a uno a dormir durante el día. En caso de hacerlo, se recomienda que no dure más de media hora, ya que el sueño prolongado durante el día dificulta dormir de noche y modifica los horarios de acostarse y levantarse.
Moderar el consumo de alimentos altos en calorías. Con bajas temperaturas ambientales el cuerpo busca de manera natural mayor ingesta de alimentos, para así enfrentar de mejor manera el frío. Sin embargo, no es bueno que esto suceda por la noche, debido a que una digestión pesada interfiere con la expresión normal del sueño. Además, podría llevar a que se dé un aumento de peso que luego constará resolver.
Tratar de evitar el consumo de bebidas alcohólicas o hacerlo en pequeñas cantidades. Uno de los efectos del exceso de alcohol es un sueño de mala calidad y poca profundidad.
Evitar el consumo de tabaco. Fumar produce irritación e inflamación de las vías respiratorias. Esto puede aumentar la posibilidad de contraer enfermedades respiratorias (como por ejemplo, la EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica), que contribuyen al empeoramiento del sueño.
Incrementar la actividad física al aire libre. La exposición consistente a la luz de día contribuye positivamente a nuestro estado de humor y proporciona un sueño nocturno de calidad.
Controlar la temperatura ambiente. El uso excesivo de la calefacción puede crear un ambiente seco dentro del hogar. Esto dificulta el sueño ya que provoca que las personas respiren más por la boca, incrementando el ronquido y la posibilidad de empeorar síntomas de trastornos como la apnea.
Es importante señalar que en caso de presentar síntomas persistentes que podrían ser un indicador de apnea (dolores de cabeza e irritabilidad durante el día, o fuerte ronquido y pausas respiratorias durante el sueño entre otros) hay que acudir a un especialista para obtener un diagnóstico correcto y un curso de tratamiento adecuado.
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