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Claves para llegar a una cirugía sin estrés ni ansiedad

  • Foto del escritor: Marta Diéguez
    Marta Diéguez
  • 8 ago 2018
  • 2 Min. de lectura



ph: wix.com

Las cirugías representan, para muchos pacientes, una situación de estrés importante. Es que previamente a la intervención aparecen distintas preocupaciones relacionadas con la anestesia, el dolor, la recuperación, las secuelas, la separación de los afectos, los trastornos económicos y laborales, entre otros. Pero si bien una cirugía puede ser el alivio a algún problema de salud, también puede transformarse en una fuente de estrés psicológico porque el paciente afronta situaciones desconocidas.


Frente a esto, pueden surgir varias respuestas emocionales (ansiedad, estrés, depresión,etc), que de acuerdo al grado de importancia que le da el paciente tendrán diferentes consecuencias haciendo más difícil la recuperación. En otras palabras, el estrés preoperatorio puede atrasar la recuperación.


La importancia de la comunicación

Obviamente, en el periodo preoperatorio cierto nivel de ansiedad es normal y deseable, ya que la capacidad de pensar y razonar nos diferencia, por ejemplo, del reino animal. Por eso muchas veces se hace necesaria una consulta y preparación psicológica para adaptarse al desafío que representa una cirugía.


Hay estudios que demuestran que cuando se prepara a la persona psicológicamente para una intervención quirúrgica (dándole información, enseñándole técnicas de relajación, escuchando y eliminado sus miedos), la ansiedad disminuye, la estadía hospitalaria es menor y, el dolor es mejor soportado (por lo tanto tiene menor necesidad de analgésicos). Todo esto hace que el postoperatorio sea más corto y el paciente sienta más bienestar y control de la situación.


Una gran ansiedad o estrés puede afectar las drogas anestésicas, la tensión arterial y/o la frecuencia cardíaca. Además, las heridas demorarán en cicatrizar y el sistema inmunológico se puede debilitar, lo que alargará el postoperatorio. También se puede presentar insomnio, irritabilidad, problemas con el médico o la enfermería, uso excesivo de analgésicos, etc.


Es importante que el paciente confíe en su médico, que el profesional lo escuche y conteste a todas sus preguntas, le dé información y se haga eco de todas sus preocupaciones. Según los estudios, si la persona no confía en el doctor, aunque tenga las mejores referencias, será mejor buscar otro profesional hasta dar con la persona que inspire seguridad y confianza.


Algunas preguntas frecuentes que el paciente podría expresarle a su cirujano son:

  • ¿Porque es necesaria la cirugía? ¿Cómo es? ¿Cuáles son los posibles riegos y complicaciones?

  • ¿Existen otras opciones?

  • ¿Cuáles son los efectos de la cirugía, dolor y limitaciones de la misma?

  • ¿Cuáles son las recomendaciones postquirúrgicas?

  • Costos de la cirugía y trámites con la cobertura médica

Por último, y si se considera necesario, se podrá realizar una consulta previa con el anestesista para eliminar dudas, inquietudes y síntomas que se puedan tener post anestesia.


En conclusión, será fundamental la estrecha comunicación entre el paciente y todo el equipo de salud, teniendo en cuenta que no todos los pacientes son iguales y que dependerá de la idiosincrasia de cada uno, como va enfrentar la cirugía y los resultados de la misma.


Asesoró: Dr. José Battiston- Cirujano General MN (44569). Miembro titular de la Asociación Argentina de Cirugía y Director médico de la Clínica San Camilo (CABA).


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