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Avances hacia el control de la Leucemia linfocítica crónica

  • Foto del escritor: Marta Diéguez
    Marta Diéguez
  • 5 sept 2018
  • 4 Min. de lectura

ph: wix.com

Los días 30 y 31 de agosto pasados se llevó a cabo en Buenos Aires el 3er Congreso Iberoamericano de Leucemia Linfocítica Crónica (IBAM CLL 2018). Las conclusiones más importantes a las que arribaron tienen que ver, por un lado, con la posibilidad de empezar a tratar esta condición sin quimioterapia, y por otro, con la expectativa de ir logrando un control de esta leucemia porque empiezan a verse respuestas muy profundas con el uso de las opciones terapéuticas más nuevas.

“La leucemia linfocítica crónica es una condición muy heterogénea en su forma de presentación. Algunos pacientes conviven con ella durante muchos años como enfermedad crónica y sin tratamiento alguno, mientras que otros, si no reciben un tratamiento adecuado, pueden tener una sobrevida más corta, de 2 a 3 años”, explicó el Dr Raúl Gabús, médico internista y hematólogo, co-presidente del IBAM CLL 2018 y director de Servicio de Hematología y Trasplante de Progenitores Hematopoyéticos del Hospital Maciel/ASSE de Montevideo (Uruguay).

“En los últimos años, se avanzó a pasos agigantados en el manejo de la leucemia linfocítica crónica, a partir de que la ciencia logró identificar qué genes están alterados en los pacientes con esta leucemia. Entonces, comenzaron a desarrollarse diferentes terapias dirigidas, que son medicamentos más modernos y específicos que obtienen mejores resultados y con menos toxicidad que los tratamientos anteriores”, sostuvo por su parte el Dr. Carlos Chiattone, co-presidente del 3er IBAM CLL 2018 y Director Clínico del Hemocentro de la Hermandad de la Santa Casa de la Misericordia de San Pablo (Brasil).

¿Qué son las leucemias?

Las células sanguíneas son producidas por la médula ósea. A medida que se dividen y maduran, van transformándose en células sanguíneas de diferentes tipos]. Cuando una de las células que va a formar glóbulos blancos cambia y se convierte en una célula de leucemia, ya no madura normalmente. Generalmente, se divide más rápido de lo normal. Las células leucémicas no mueren cuando deberían hacerlo, sino que se acumulan en la médula ósea reemplazando a las normales. En algún momento, éstas salen de la médula y entran al torrente sanguíneo, incrementando el número de glóbulos blancos en la sangre.

Si bien los síntomas de las leucemias suelen ser algo inespecíficos, entre los más comunes se encuentran fiebre, sudoración nocturna, inflamación de los ganglios del cuello, axilas o ingle, fatiga persistente, picazón o sarpullido, infecciones frecuentes, dolor en las articulaciones, pérdida de peso y falta de apetito. Si se sufren algunas de estas manifestaciones, es pertinente realizar una consulta con el especialista.

Existen dos tipos principales de leucemia: agudas y crónicas. Éstas, a su vez, se subdividen en mieloides o linfoides. Las agudas, como la leucemia linfoblástica aguda (LLA) o la leucemia mieloide aguda (LMA), se caracterizan por una progresión rápida y descontrolada, afectando principalmente a las células primitivas o inmaduras, con acumulación de éstas en la médula ósea y sangre periférica. Estas células inmaduras no pueden llevar a cabo sus funciones normales. Las leucemias agudas requieren un tratamiento de inmediato.

En las leucemias crónicas, como la leucemia mieloide crónica (LMC) y leucemia linfocítica crónica (LLC), el crecimiento de las células es progresivo y más lento, permitiendo la proliferación de mayores cantidades de células más desarrolladas. En general, estas células más maduras pueden desempeñar algunas de sus funciones normales.

Tratamientos nuevos que generan esperanza

Hasta hace una década, no se contaba con ningún tratamiento específico para este tipo de leucemia. Los profesionales de la salud debían recurrir a la quimioterapia, con todo lo que eso representa para la calidad de vida de los pacientes, y -según el caso- a veces con resultados discretos. Pero actualmente existen distintas alternativas de tratamiento y éste dependerá de diversos factores como la edad (esta enfermedad aparece -en promedio- a los 71 años), el estadio de la enfermedad, el pronóstico del paciente y el objetivo de la terapia. Hay personas que solo deben realizarse controles y otras que requieren tratamientos, entre los que se encuentran la quimioterapia, radioterapia, trasplante de médula ósea y las terapias dirigidas.

Los hallazgos recientes plantean un cambio de paradigma en el abordaje de este tipo de leucemia. “Es una muy buena noticia para los pacientes con LLC. Contar cada vez con mejores herramientas para combatir esta enfermedad es fundamental para que puedan vivir más y mejor”, agregó el Dr. Raimundo Bezares, jefe de hematología del Hospital General de Agudos de la Ciudad de Buenos Aires ‘Dr. Teodoro Álvarez’ y presidente del Congreso IBAM 2018.

“En oncología, en oncohematología y en muchas otras enfermedades crónicas, no se suele usar el término ‘cura’, pero estamos comenzando a ver -en determinados pacientes- que existe la posibilidad de dejar de administrarles medicación tras un par de años. Se trata de casos en que obtienen lo que se conoce como ‘respuesta profunda’, que se mide en términos de enfermedad mínima residual indetectable. Esto puede representar un paso adelante hacia el control de esta condición”, sugirió el Dr. Bezares. “Además, permitiría evitar la quimioterapia, con todo el impacto que esto tendría en la vida de los pacientes”.

Se ha avanzado mucho en este campo, con terapias que permiten mejorar la sobrevida y la calidad de vida de estos pacientes. Saber que ahora se puede disponer de medicamentos que abren una puerta hacia la oportunidad de controlar la enfermedad llena de entusiasmo a los profesionales de la salud y, fundamentalmente, a los pacientes, quienes constantemente están leyendo e informándose sobre cada nuevo avance en la materia.

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