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Aprender a tratarnos mejor

  • Foto del escritor: Marta Diéguez
    Marta Diéguez
  • 5 jun 2018
  • 1 Min. de lectura


Mucho se ha hablado en los últimos años de la “inteligencia emocional” pero, ¿de qué se trata? Es un concepto que popularizó el profesor Daniel Goleman y que habla sobre el equilibrio que debe reinar entre la parte emocional y la parte racional de todos los individuos. A partir de ese equilibrio es que el ser humano logra el bienestar y el progreso en todos los ámbitos de su existencia.


Un ejemplo claro de la utilidad de la inteligencia emocional es que, aprendiendo a tomar conciencia de las emociones propias y de los demás, se mejora la comunicación interpersonal, algo que en los últimos tiempos parece haber sido dejada de lado.


¿Para que nos sirve esto? Básicamente para evitar discusiones cargadas de emociones negativas y para llegar a acuerdos. Pero también mejora nuestra salud porque al poder expresar las emociones adecuadamente, evitamos “pasarlas” por el cuerpo (a través de dolores de cabeza, tensiones musculares, insomnio, problemas digestivos o de la piel, etc). Además, nuestro interlocutor se siente más comprendido porque pudimos “leer” sus emociones, más allá de las palabras pronunciadas y del lenguaje no verbal.


Por eso, las cinco claves para una comunicación emocional efectiva son:

  • Conectar con nuestras emociones

  • Conectar con las emociones del otro

  • Hablarle al otro de nuestros sentimientos

  • No reprimir las emociones

  • No adivinar los sentimientos del otro

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